Un gran gol del jugador del Benfica Ángel di María transformó en un oro olímpico, el segundo consecutivo, la suerte de Argentina que ganó tras sufrir, y mucho, ante una impetuosa selección nigeriana merecedora de mejor ventura tras su monólogo en la segunda parte. Sin embargo, Nigeria salió al partido mucho más cautelosa que audaz, mientras su rival sólo vivía de Lionel Messi. El encuentro estaba muy lejos de ser "un festival" de fútbol. Comenzó frío, como contagiado por el ambiente en las gradas del Estadio Olímpico de la capital china que era puro hielo y que contrastaba con el calor.
Cada vez que los nigerianos llegaban amenazaban por la derecha, con Sani Kaita, y las oportunidades que intentaba golpear Argentina buscaba a Leo Messi entre líneas. El partido se presentaba tedioso y aburrido, mas aún, parecía hueco. De fútbol, nada. Gago simulaba incomodidad y el mejor futbolista nigeriano, el jugador del Chievo italiano Obinna, no entraba en calor. Promisse Isaac, en el minuto 42, tuvo una oportunidad de oro para las "Águilas Verdes" que acabaron la primera parte siendo un equipo más rápido, más vertical, más solvente y mucho más amenazador de lo previsto.
Un disparo de Di María fue lo mejor hasta entonces, cuando la primera parte ya agonizaba. Vanzekin hizo una parada extraordinaria y el 0-0 permaneció inalterable al descanso. En la segunda mitad, Nigeria parecía mucho más vigorosa. Y lo fue. Argentina sufría y ya lo fiaba todo a una prestidigitación de Lionel Messi, pero sólo hubo una y sin consecuencias (min.49). Todo hacía indicar que Nigeria estaba más cerca de colgarse el oro y que podría consumar un "nidazo" contra todo pronóstico. En ese momento, apareció el jugador del Benfica Ángel Di María para resolver con un toque magistral y sutil un pase de Messi.
El extremo zurdo "picó" el balón por encima del portero y consiguió uno de los goles más espectaculares del torneo. Nigeria se fue arriba y pudo empatar, debió hacerlo si Obinna y Odemwinge hubieran estado más acertados. El empate no llegó porque el fútbol tiene algo de aleatorio y los astros estaban con Argentina, que se toma la revancha de la final de Atlanta 96. Aquel día hubo más espectáculo, pero el oro de Pekín vale lo mismo.
Cada vez que los nigerianos llegaban amenazaban por la derecha, con Sani Kaita, y las oportunidades que intentaba golpear Argentina buscaba a Leo Messi entre líneas. El partido se presentaba tedioso y aburrido, mas aún, parecía hueco. De fútbol, nada. Gago simulaba incomodidad y el mejor futbolista nigeriano, el jugador del Chievo italiano Obinna, no entraba en calor. Promisse Isaac, en el minuto 42, tuvo una oportunidad de oro para las "Águilas Verdes" que acabaron la primera parte siendo un equipo más rápido, más vertical, más solvente y mucho más amenazador de lo previsto.
Un disparo de Di María fue lo mejor hasta entonces, cuando la primera parte ya agonizaba. Vanzekin hizo una parada extraordinaria y el 0-0 permaneció inalterable al descanso. En la segunda mitad, Nigeria parecía mucho más vigorosa. Y lo fue. Argentina sufría y ya lo fiaba todo a una prestidigitación de Lionel Messi, pero sólo hubo una y sin consecuencias (min.49). Todo hacía indicar que Nigeria estaba más cerca de colgarse el oro y que podría consumar un "nidazo" contra todo pronóstico. En ese momento, apareció el jugador del Benfica Ángel Di María para resolver con un toque magistral y sutil un pase de Messi.
El extremo zurdo "picó" el balón por encima del portero y consiguió uno de los goles más espectaculares del torneo. Nigeria se fue arriba y pudo empatar, debió hacerlo si Obinna y Odemwinge hubieran estado más acertados. El empate no llegó porque el fútbol tiene algo de aleatorio y los astros estaban con Argentina, que se toma la revancha de la final de Atlanta 96. Aquel día hubo más espectáculo, pero el oro de Pekín vale lo mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario