Bolivia sorprendió hoy al líder Paraguay, al que venció por 4-2 en la altura de La Paz, gracias a dos tantos del goleador Joaquín Botero y a la apatía de los "guaranís", que además perdieron su invicto en la sexta fecha de las eliminatorias sudamericanas del Mundial de Sudáfrica 2010. Con esta goleada, que ni los más optimistas esperaban, Bolivia logra su primera victoria y, con cuatro puntos, abandona la cola de la clasificación, ahora ocupada por el seleccionado peruano, que ayer cayó con estrépito ante Uruguay por 6-0. La hasta ahora "cenicienta" de las clasificatorias sudamericanas fue un auténtico "tiburón" futbolístico que se comió a los líderes de la eliminatoria, que dejaron su condición de invictos en los casi 3.600 metros de altura de La Paz.
La apatía de los paraguayos sólo les alcanzó para asistir como espectadores al inesperado festival de pases que desplegaron los de Erwin "Plantiní" Sánchez. Desde muy pronto los bolivianos dejaron clara su intención de ser los dueños del balón y del control del juego, con incesantes combinaciones de pases cortos tras los que conectaron varios centros al área. Ahí los esperaban los arietes Marcelo Martins, recientemente transferido del Cruzeiro brasileño al Shakhtar Donetsk de Ucrania, y Joaquín Botero, quien pasó por los Pumas de México y el San Lorenzo argentino. Sin embargo, el protagonista absoluto del primer tiempo fue el debutante Didi Torrico, cuyo juego estuvo cerca de hacer enloquecer las dos líneas de cuatro que dispuso frente a su área el entrenador de los albirrojos.
La insistencia de Bolivia consiguió materializarse en el minuto 22 con gol del delantero Botero, que no perdonó a Aldo Bobadilla tras recibir absolutamente solo en el área uno de los enésimos balones que los centrocampistas bolivianos habían puesto allá. Cuando la grada todavía estaba celebrando el primer tanto, un durísimo disparo desde más de 30 metros de Ronald "Nacho" García, gracias a que fue desviado por Paolo da Silva, se coló en la meta paraguaya y llevó el delirio a los pocos aficionados que asistieron al estadio Hernando Siles de La Paz. La recta final del primer tiempo terminó con un paulatino adormecimiento del juego boliviano, que bajó notablemente de intensidad, lo que en ningún momento fue aprovechado por unos hoy inoperantes futbolistas paraguayos.
El auténtico dueño del centro del campo hoy, "Nacho" García, en el descanso tuvo que quedarse en los vestuarios por una lesión, pero su ausencia no cambió el guión del encuentro, que continuó disputándose al borde del área paraguaya. La incorporación de Roque Santa Cruz y Nelson Haedo al ataque paraguayo pareció darle algo de aire a su equipo, que se deshizo por momentos del asfixiante dominio boliviano. En el 66, precisamente Santa Cruz recortó distancias en el marcador al cabecear solo ante Carlos Arias un córner, pero no pasó de ser un espejismo. Pero no tardó la reacción boliviana que minutos después colocó un tranquilizador 3-1 gracias a un falló del portero paraguayo, que, por un durísimo disparo de Ronald Gutiérrez, dejó muerto en el área un balón que aprovechó para rematar a bocajarro Botero.
El delirio total lo llevó a la grada la gran estrella del fútbol boliviano, Marcelo Martins, que en el minuto 79 colocó en el fondo del arco paraguayo un tiro libre. Tras consumarse la goleada, el ritmo de los bolivianos cayó en picado. En el 82, Nelson Haedo, que se había incorporado en la segunda parte anotó el definitivo 4-2, lo que puso en evidencia lo blanda e inocente que, a pesar de todo, es la defensa boliviana. Sólo en los últimos instantes los albirrojos reaccionaron y llevaron el juego al área del portero Arias, al que, demasiado tarde, inquietaron con dos o tres ocasiones que no llegaron a materializarse.
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