
El equipo de Joachim Löw, que llegaba como favorito al duelo por historia y calidad de jugadores, finalmente tumbó a Turquía con la medicina que la había dejada viva hasta el momento en el torneo: un gol en el último suspiro. Alemania, que llegó a Suiza y Austria intentando quebrar una racha negativa sin triunfos en fase final de Eurocopa que databa de 12 años, se encuentra en una nueva final, confirmando un proceso de ascenso que se inició con Jurgen Klinsmann en el Mundial-2006 (tercero) y siguió su ayudante, "Jogi" Low. Turquía, que pisaba por primera vez una semifinal europea y volvía a esa instancia después del tercer puesto del Mundial-2002, cayó de pie frente a un rival que mostró más contundencia que juego bonito.
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