Una aleación de personalidad y fútbol es lo que Richard Páez acaba de inyectarle a Alianza Lima en poco tiempo. Aún no se ha visto al equipo jugar con el marcador adverso, pero ya son visibles esas ganas y mentalidad de ir en busca del arco contrario. Decidido por querer revertir una historia negra para escribir la de gloria. Sintético es el césped del Elías Aguirre, pero es lo último en que se pensó. El juego fuerte contra Montaño, Manco, Nieri y Faiffer fue lo más duro, no obstante, el equipo íntimo nunca arrugó y como premio el triunfo en una plaza de la que nadie salió librado; victoria importante que penetra en el alma del jugador y lo invita a creer aún más en Páez, un entrenador que no figura en la lista de los "vende humo".
Nicolás Nieri era uno más antes de la llegada del venezolano, Renzo Reaños lo mismo, pero ayer fueron protagonistas. Reimond Manco y Jhonnier Montaño se pusieron el overol, y no solo derrocharon fútbol, también se dedicaron a la marca y contribuyeron para que la pelota sea dueña de Alianza. Aurich trató de meter miedo, impuso la fuerza y el fútbol por ratos, haciendo del partido un ida y vuelta interesante, empero la zaga victoriana trabajó con fuerza y serenidad a la vez. Peixoto tuvo salidas limpias. Faiffer, ahora de delantero, abrió el camino del triunfo de sutil disparo. Sin embargo, Enrique Bologna volvió a reeditar una actuación poco convincente y por segunda vez le hicieron un gol de tiro olímpico (primero fue Luis Cordero de César Vallejo), lo que determinó el transitorio 1-1. Si la dirigencia íntima pensaba prorrogar su contrato hasta diciembre, seguramente empezaron a dudar.
Montaño puso varios pases de gol y protagonizó la jugada para el 2-1 final. En la acción, el chiclayano Lalopú introdujo la pelota en su propio arco. Tras los 90 minutos, los íntimos gozaron con un resultado que los carga de alegría y de esperanza. Están fuera de la pelea por el Apertura. Pero, de la mano de Richard Páez, Alianza puede pelear el Clausura y el título nacional. (Fuente : Libero)
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