domingo, 16 de diciembre de 2007

Milan vencio a Boca Juniors 4 - 2 en Copa Mundial de Clubes en Japon


El Milan de Italia venció el domingo por 4-2 a Boca Juniors de Argentina, con una notable actuación del brasileño Kaká, y así se alzó con la Copa Mundial de Clubes de fútbol que se disputó en Japón. Cuando Maradona dijo que Boca debía "anular" a Kaká tenía toda la razón, pues de los pies de este jugador empezó a ganar el Milán y con sus genialidades liquidó el partido que convirtió a su club en campeón del mundo.

La historia comenzó con un primer tiempo equilibrado, con mucho trajín defensivo porque había que cumplir con la primera parte del libreto. Boca debía poner especial interés en Kaká. No dejarle espacios y presionarlo tan pronto recibiera la pelota. El plan funcionó solo hasta los 20 minutos. Una distracción argentina, una ligera dormitada, apenas segundos y algunos centímetros de ventaja que fueron suficientes para que el brasileñero echara un centro mortal que Inzaghi sentenció libre de marca para el 1 a 0.

Pero Boca aún tenía con qué y devolvió la estocada apenas dos minutos y medio después. Un centro del paraguayo Morel Rodríguez que Palacio convirtió en sueño con gol de cabeza. Lo hizo fácil porque saltó entre Pirlo y Kaladze como "Pedro en su casa". Así se fueron al descanso. Sin embargo, en el segundo tiempo se tocó otra partitura. Los equipos salieron al campo convencidos cada uno en llevarse el partido con goles. Se aflojó la marca y Nesta fue el primero en aprovechar la circunstancia a los 5 minutos para marcar el 2 a 1. Once minutos después Kaká volvería aparecer para llevarse a tres defensas y anotar el 3 a 1 sobre la marca de Maidana y bajo las manos del arquero Mauricio Caranta. A partir de este momento, la música sonó de un solo lado. Los italianos controlaron el show, los espacios, el partido y la estética. Parecían brasileños.

A los 31 minutos Kaká encontró excelente complemento en Seedorf y nuevamente unieron talentos para habilitar a Inzaghi que coronó su participación anotando el 4 a 1 definitivo. El descuento argentino llegó por autogol de Ambrossini, pero insuficiente para cambiar el destino de los acontecimientos. Milán dejó claro que es el mejor del mundo y a Boca Juniors no le quedó más que contar los minutos y los segundos para que acabara una música que no quería escuchar más. Milán campeón.


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