El entrenador portugués José Mourinho renunció de entrada a buscar el arco blaugrana y blindó con un muro el arco de Iker Casillas. El central Pepe reemplazó al creativo Mesut Oezil en el mediocampo, Karim Benzema arrancó como único hombre de punta y en muchas ocasiones el cuadro merengue tuvo a nueve jugadores detrás de la línea de la pelota. Mourinho pareció reservar sus mejores cartas de gol para los tres siguientes enfrentamientos que tiene con el Barcelona: el miércoles por la final de la Copa del Rey y el 27 de abril y 3 de mayo por las semifinales de la Liga de Campeones.
Aunque Cristiano Ronaldo jugó de entrada, los artilleros Emmanuel Adebayor y Gonzalo Higuaín comenzaron en la banca. Pep Guardiola, en cambio, puso toda la carne al asador con Messi y Villa en la delantera; Andrés Iniesta y Xavi Hernández en el centro del campo; e incluso el capitán Carles Puyol en el centro de la defensa, en su primer partido desde enero tras recuperarse de una lesión en una rodilla. Puyol, sin embargo, abandonó el encuentro por una lesión muscular.